“Escribo esto a las nueve de la mañana. En las dos horas desde que me levanté de la cama, me bañé con agua calentada por la compañía de gas North Sea, me afeite usando una maquinilla estadounidense con electricidad producida por carbón británico, comí una rebanada de pan hecha de trigo francés, untada con mantequilla neozelandesa y mermelada española, después me hice una taza de té utilizando hojas cultivadas en Sri Lanka, me vestí con ropas de algodón de la India y lana de Australia, con zapatos de cuero chino y goma malaya, y leí un periódico hecho de pulpa de celulosa finlandesa y tinta china. Ahora estoy sentado frente a un escritorio escribiendo en un teclado de plástico tailandés (que probablemente comenzó su vida en un pozo de petróleo árabe) para poder mover electrones a través de un chip de silicio coreano y algunos cables de cobre chileno, que terminan en un texto que aparece en un ordenador diseñado y manufacturado por una firma estadounidense”.
Matt Ridley. El Optimista Racional
En la actualidad, los mercados, sean locales, regionales, nacionales o supranacionales, se encuentran en gran medida escalarmente interconectados, y cuentan con capacidad de operar en tiempo real a nivel planetario. Su funcionamiento ha exigido la construcción de un sistema de transporte global, que conecta redes de carreteras, de vías ferroviarias y de navegación marítima, fluvial y de rutas aéreas, cuyas infraestructuras no tienen ya sentido en sí mismas, sino como elementos articuladores de una trama jerarquizada en la que la logística y la intermodalidad actúan como factores determinantes de su operatividad.
En la base de la construcción de esta movilidad física global se encuentran, además de las infraestructuras que encauzan los desplazamientos en dicha red, los progresos tecnológicos experimentados por los distintos vehículos que circulan a través de ellas, los avances de las tecnologías de la información y las comunicaciones, y la capacidad organizativa, de gestión y coordinación de estos medios tecnológicos, expresada en los servicios de transporte y logística.
Hoy el transporte y la logística se han erigido en instrumentos estratégicos para el funcionamiento del tejido productivo de cualquier país y la mejora continua de su competitividad y posicionamiento en el panorama económico internacional; constituyéndose, debido al carácter de la mayor parte de sus operaciones, en una industria global.
Dirigido al amplio espectro de ejecutivos, técnicos y profesionales que conforman el sector logístico, tanto desde el ámbito empresarial como institucional; así como a estudiantes universitarios, emprendedores y "startups" que se sientan atraídas por las oportunidades que ofrece esta industria; el Encuentro Internacional de Logística tiene como principal propósito explorar la evolución y retos del sector, especialmente en el ámbito del transporte, y brindar visiones y experiencias que ayuden a comprender mejor el contexto de cambio acelerado, incertidumbre y competitividad creciente en el que se desenvuelve.
Para su tercera edición, que mantiene su estructura habitual, articulada en mesas redondas, tres serán las temáticas en torno a las que, a través del prisma de la innovación, expertos de primer nivel expondrán, contrastarán y debatirán, en diálogo abierto con la audiencia, sus puntos de vista: "DIGITAL LOGISTICS", “PUERTOS Y REDES LOGÍSTICAS" y “TRÁFICO MARÍTIMO DE CORTA DISTANCIA".